Pequeña Belleza que debería haber participado en la RMMO con Juliette. Por lo tanto, la bella sigue en la asociación de caballos de Elo en espera, sin chip, sin vacunar porque no la pueden atrapar, Juliette había aceptado el desafío como una buena profesional de mulas.
Participar en el desafío RMMO (Rescue Mule Makeover) es más que una simple decisión. Es abrazando lo desconocido, aventurándose en una experiencia sin precedentes. Cuando dijeron que sí en septiembre, todo era aún embrionario, una idea flotando en el aire.
Significa dedicar su tiempo, ya de por sí ocupado, a sus propios animales, su profesión y su vida familiar. Es una devoción total a una causa que requiere dedicación, paciencia y una profunda pasión por estas extraordinarias criaturas.
Es también un compromiso económico importante, una decisión de cuidar de un ser vivo, con todas las responsabilidades que eso conlleva, durante 7 meses. Es invertir no sólo dinero, sino también corazón y energía en una aventura que promete desafíos pero también recompensas inestimables.
Y luego está el riesgo. El desafío de trabajar con un animal inteligente e hipersensible, pero salvaje. Es una aventura que requiere coraje, comprensión y una conexión profunda con un ser vivo que tiene su propio ritmo, su propia personalidad, sus miedos y sus esperanzas.
Al aceptar el desafío de la RMMO, demostraron una audacia notable, un deseo de salir de su zona de confort para marcar una diferencia en la vida de un ser vivo. Es mucho más que una simple competición, es un viaje hacia lo desconocido, una historia de compromiso, determinación y amor por estos animales excepcionales.
De hecho, participar en el desafío RMMO va más allá de simplemente elegir una mula estéticamente agradable. Es aceptar a quien se presenta, sin importar su apariencia exterior, su tamaño o su pasado. Es un acto de generosidad hacia una criatura que puede no ajustarse a los estándares tradicionales de belleza, pero que también necesita amor, cuidado y una segunda oportunidad.
Esto también implica ir a buscarlo donde está, a veces lejos, en lugares remotos, a costa de viajes costosos y que consumen mucho tiempo. Es un compromiso con el bienestar animal, una determinación de brindar una oportunidad a una mula que de otro modo habría sido desatendida.
Y todo esto ocurre muchas veces durante las horas de trabajo, sin compensación económica. Es una inversión personal que va más allá de las consideraciones monetarias, una declaración de solidaridad hacia estos animales que merecen una vida mejor.
Participar en la RMMO se convierte así en un acto de desinterés, pasión y dedicación hacia una causa que va más allá de los límites de lo convencional. Es un homenaje a la belleza interior de cada mula y a la creencia de que cada ser merece una oportunidad de ser amado y comprendido, independientemente de los desafíos que eso conlleva.
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